Cambiar no es fácil, porque primero hay que hacerse la idea de que es necesario.
Una vez ocurrido esto lo demás será lo de menos.
La reforma integral de la educación básica pretende un cambio. Más sin embargo, para lograr ese cambio es necesario, apropiarnos de ella, de su plan y programas, de su enfoque por competencias y de sus formas de enseñanza.
Hoy asumimos ese compromiso para ponerla en practica, enriquecerla y darle vida.
Ojalá que mi compromiso para desempeñar el trabajo de la nueva y mejor manera sea una pequeña aportación a la reforma.